miércoles, 31 de marzo de 2010

El proyecto de Jon.


El ex director de Orbea y Euskaltel Jon Odriozola trabaja junto a la Fundación Oreki en la creación de una estructura profesional que trabaje desde la base "para cambiar el ciclismo actual" y confía en sacar en Gipuzkoa un equipo continental en 2011.





"SIEMPRE he querido hacer un proyecto propio, y como soy cabezón y tengo las ideas claras, igual es el momento de intentarlo". El sábado se cumplirá año y medio de esas palabras de Jon Odriozola. Las enunció en este periódico cuando se confirmó que no iniciaría un tercer año en Euskaltel-Euskadi. "La situación en el ciclismo y en la economía es difícil para que salga nada", reconocía. La coyuntura apenas ha cambiado, pero el oñatiarra no ha perdido el tiempo y trabaja para que ese proyecto, ese sueño, no quede en cantos de sirena. "Creo que el año que vamos a conseguir crear un equipo continental", adelanta.
Odriozola habla en primera persona del plural. "No estoy solo en esto. La Fundación Oreki -que impulsa el equipo Bidelan-Kirolgi- me apoya mucho y vamos de la mano". En su cabeza sólo desea "algo más que un equipo continental", una estructura tentacular, a fin de "intentar cambiar el ciclismo desde la categoría continental, trabajando la base, creando una educación de trabajo. Ahí es donde hay que gastar el dinero, en juveniles y aficionados, en las escuelas, en la formación y en la educación para introducir un pensamiento nuevo. En profesionales se juega mucho dinero, y ahí no vas a cambiar nada. Invertir millones de euros en controles y pasaportes como hacen en el ProTour, es tirar el dinero y no soluciona nada. El camino a seguir se debe inculcar desde abajo", razona.
Tras poco más de un año fuera del pelotón, "veo un ciclismo triste. Si yo, con toda la pasión con la que lo vivo, pierdo chispa, qué no harán los que siguen el ciclismo sin más. Pero me encanta esto, y quiero algo más que un equipo, una estructura con la que pueda aportar algo y me aporte a mí. Sería algo de largo recorrido, aunque cueste más, y fiel a mi idea".
Para que este entramado vea la luz, "habría que esperar dos o tres años. Me he encontrado gente de empresa muy importante que me ha dado su palabra para que cuente con ellos. Es gente que confía en mí y sé que no me va a fallar". "Hará falta que la crisis se calme", pero espera "sacar un equipo en 2011, porque si lo logramos con los pocos que se impliquen, será más fácil arrastrar después al resto".
El proyecto "está en marcha, y personas cualificadas lo están plasmando por escrito". Junto a Oreki, Jon trabaja en "muchos proyectos; no sé si saldrá uno, dos o diez, pero tengo ilusión de hacer algo bonito en Gipuzkoa". Percibe también una sensibilización de Diputación "para que esto fluya. Hablo de Gipuzkoa, porque hay que hacer primero los trabajos de casa. Si las instituciones ven que somos capaces de asegurar una financiación, habría mucha opción de consolidar el proyecto en el futuro", porque "hay bastantes empresas dispuestas a entrar en él".
Además, "buscamos una cooperación transfronteriza. Iparralde está ahí y tengo contactos en Francia e Italia. La idea sería crear algo exportable y fomentar los intercambios".
No quiere una estructura para un año o dos. "Se pueden cambiar las cosas. Si merecemos esa oportunidad de las instituciones, nos gustaría tener tres años para demostrarlo", aun sabiendo que "no somos los salvadores del ciclismo. Pero la única forma que veo de cambiar las cosas es ésta, y quiero intentarlo", abogando, entre otros aspectos, por una limpieza en el deporte, y en particular en el ciclismo.
Su idea es retomar "la filosofía" que conoció en sus dos años en el Orbea, pero "acordándonos de todos y trabajando para todos, porque Orbea es un filial". Apuesta por "la categoría continental. Tendríamos relaciones con las escuelas, para cederles material y ayudar en la formación de sus responsables y en los chavales para que monten bien, aprendan y se diviertan; pero también con los equipos, a los que haríamos partícipes de esto, llevando un control y buscando que el ciclista no abandone los estudios. El que llegue arriba, que esté formado, porque la gente formada tiene otra mentalidad; y el que se quede en el camino, que tenga una base para su futuro. El ciclismo es escuela de fracasados".
Y va más allá. "No quiero un proyecto de 18 millones de euros y hacer publicidad a una empresa. Quiero una implicación. Ojalá tuviera ese dinero, pero con mucho menos se pueden hacer muchas cosas. Vamos con todas las consecuencias, sabiendo que esto es ciclismo profesional, pero sin salirnos de nuestra línea. ¿Que no gusta? Pues es lo que hay. No digo que no nos exijamos ganar, pero por encima de ello buscaremos un control y difundir unos valores".
En aquella entrevista de despedida de la escuadra naranja, Odriozola -para algunos un iluso, pero si algo derriba muros y construye realidades es la ilusión-, admitía que "a veces, cuando hablaba, para algunos eran sueños más que realidades, pero luego se ha cumplido más de un sueño". El de su proyecto parece más cerca que nunca de cobrar cuerpo.



Enrique Ayerbe, presidente de la Fundación Oreki, entrega un maillot de Bidelan-Kirolgi a Jon Odriozola. (Juan Mari Tolín)




NDG.

2 comentarios:

  1. Aupa Ruper. Este es una de las noticias mas bonitas que he leido.
    Ondo izan.

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  2. Mila esker Joxerra. Ya conoces a Jon.Los que le conocemos sabemos que si este proyecto está en sus manos, lo sacará adelante.
    Aupa Jon

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