miércoles, 17 de noviembre de 2010

El reloj de papel.VICTOR GONZALEZ


Un niño que no tenía reloj ni móvil era capaz, sin embargo, de medir el tiempo de una forma increiblemente exacta. Hacía de la siguiente forma: llevaba siempre consigo una libreta pequeña y un lápiz. Cada vez que pasaba una hora lo anotaba cuidadosamente en la libreta con muy buena letra. Lo mismo hacía con los minutos. Si le preguntabas la hora que era, no tenía más que echar una ojeada rápida a la libreta y la decía sin equivocarse.

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