martes, 27 de septiembre de 2011

San Lucas 9,51-56.

Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén

y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento.

Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.

Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: "Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?".

Pero él se dio vuelta y los reprendió.

Y se fueron a otro pueblo.

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