martes, 4 de octubre de 2011

LA DUQUESA DE ALBA SE CASA EN OÑATI.

La duquesa se casa en Oñati


LOS DISFRACES TOMARON AYER LAS CALLES OÑATIARRAS EN EL ÚLTIMO ASALTO FESTIVO

ANABEL DOMINGUEZ - Martes, 4 de Octubre de 2011 - Actualizado a las 05:47h

MIENTRAS el mundo del colorín centraba ayer sus miradas en ella por ser portada en la revista Interviú, Cayetana Fitz-James Stuart paseaba completamente ajena al revuelo rosa por las calles oñatiarras. La duquesa de Alba aprovechó su visita a Oñati para despistar a más de un paparazzi y adelantar su enlace, inicialmente previsto para mañana en el Palacio de Las Dueñas de Sevilla, con el funcionario Alfonso Díez. La improvisada ceremonia, que congregó a numerosos curiosos, fue oficiada nada menos que por Benedicto XVI. El pontífice fue testigo del "sí quiero" entre doña Cayetana y el desde ayer nuevo duque de Oñati, en una concurrida boda a la que asistió, entre otros, el propio Fran Rivera.




Ésta fue una de las muchas ocurrentes y graciosas escenas que ayer se vivieron en la villa oñatiarra. El Errosaixo Bixamona despidió el maratón festivo por todo lo alto. La imaginación y, sobre todo, el buen humor, fueron los grandes aliados de una fiesta que no defrauda y que siguiendo con el guión de las jornadas previas, se desarrolló bajo un sol de justicia.



Pasadas las 12.00 horas la Herriko plaza y alrededores se fueron transformando en una colorista pasarela de disfraces. En el desfile había un poco de todo. Desde los clásicos payasos, sevillanas, piratas y mariachis, hasta ovejas de la cooperativa Gomiztegi de Arantzazu, hombres bala y una comparsa de gigantes y cabezudos. Y a este variopinto popurrí también se sumó una familia de romanos, un txiki park, una cuadrilla de simpáticas hawaianas y los mismísimos participantes del programa El Conquistador del Fin del Mundo, de ETB2.



Niños, jóvenes y adultos se metieron de lleno en su papel. Y lo hicieron con garbo, dejando a un lado la vergüenza y con una puesta en escena donde, en la mayoría de los casos, no faltaba ni el más mínimo detalle. Algunos salieron de casa con todos los bártulos a cuestas.



De fondo se escuchaba la nueva versión de la popular Lambada, interpretada por Jennifer López, mientras un grupo de bailarines de aeróbic entretenían al público con una pegadiza coreografía. Otros, vestidos de arrantzales, preparaban sardinas a la brasa en un puesto ambulante perfectamente engalanado para la ocasión.



Los oñatiarras se volcaron, una vez más, con el último asalto de unas celebraciones que arrancaron el pasado miércoles. El día de los disfraces revalidó el título, junto con el Herri Eguna, de cita preferida de las fiestas. Hoy toca hacer balance y regresar a la rutina diaria.

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