domingo, 25 de marzo de 2012

OÑATI.


JOXAN LARRAÑAGA PÁRROCO DE OÑATI Y MIEMBRO DE LA ONG MALI ELKARTASUNA

"Oñati es un pueblo generoso; cada vez que hay una campaña las cantidades recogidas son respetables"

Arroz, harina, pasta y azúcar son los alimentos que hasta el día 31 se están recogiendo en distintos establecimientos comerciales y en los centros escolares de Oñati. Esta iniciativa ha partido del grupo de misiones de la Unidad Pastoral oñatiarra. La colecta partirá rumbo a Mali en mayo



 
Oñati tiene a su propio embajador en Mali: el párroco Joxan Larrañaga. Hace unos 20 años que este debarra de nacimiento, que desde hace tres años y medio está al frente de la parroquia de San Miguel, comenzó su aventura solidaria en este país africano. En estas dos décadas se ha acercado a la realidad de Touba, Togo, Perakuy y de otros poblados situados en la zona sureste de una de las regiones más pobres del mundo. Ha podido, incluso, palpar de cerca la evolución de los proyectos que ha afrontado la ONG Mali Elkartasuna, de la que es fundador. Una quincena de personas están a la cabeza de esta organización que suma más de 150 socios en Gipuzkoa.




¿Por qué Mali?



La idea surgió de un grupo de amigos, matrimonios y algunos curas, que nos conocíamos de las parroquias por las que hemos pasado y de los trabajos pastorales que llevábamos a cabo. Queríamos formar un grupo de oración pero a la vez de compromiso. El hermano de una amiga nuestra que es salesiano estaba al frente de un colegio en Mali y así empezamos a involucrarnos con el Tercer Mundo. El objetivo es que el mayor número de chavales posibles tengan acceso a la educación.



¿Cómo comenzó la experiencia?



Primero actuamos en la zona de Touba, enviando dinero al colegio al que acabo de hacer referencia. Un granito de arena para el desarrollo de un país. Después de un tiempo, los salesianos nos comunicaron que contaban con otras fuentes de ingresos para hacer frente a sus proyectos y nos aconsejaron que nos centráramos en los curas diocesanos de la región. Nos pusieron en contacto con Hervé Tienou, el actual director del colegio Saint Paul en el pueblo de Togo, que es nuestro intermediario.



El objetivo principal de la ONG a la que representa es facilitar el acceso a la educación de los jóvenes.



Así es. En la escuela Saint Paul, que pertenece a la Diócesis de San, se permite que cerca de 600 jóvenes tengan la posibilidad de realizar sus estudios de secundaria. Tiene, además, un internado. Las comunicaciones son muy malas, hay muchas pistas, y la distancia de los desplazamientos es larga para ir y venir todos los días.



¿Cuáles son los proyectos en los que han participado en estos años?



Hemos ayudado a financiar un comedor para el colegio, las habitaciones, el mobiliario, una sala de ordenadores o una residencia de estudiantes de magisterio en Tominian, donde faltan por hacer las habitaciones de las chicas. En Saint Paul tienen dos terrenos para cultivar sus alimentos y les hemos echado un cable. Se han subvencionado otro tipo de proyectos puntuales como un gallinero o la compra de un coche y dos motos.



En enero viajó por cuarta vez a Mali. ¿Qué impresión le mereció la zona donde trabajan?



Noté algo de mejoría. En el colegio las instalaciones han mejorado ostensiblemente: están mejor pintadas y hay más higiene. En el país percibimos un poco más de kilómetros asfaltados, más gasolineras... Los chinos son los que están haciendo carreteras o instalaciones. Llevan productos más asequibles para el bolsillo de los africanos.



¿Cómo resultó la visita?



Es satisfactorio ver a los chavales. Nos hacen una acogida impresionante. Esta última vez nos recibieron cantando en euskera, castellano y en su propia lengua. Por otra parte, afloran sentimientos de impotencia y un poco de rabia. ¡Cómo podemos vivir en el mismo mundo y hay tanta diferencia entre unos y otros!



El grupo de misiones ha emprendido una recogida de alimentos que Mali Elkartasuna enviará en mayo junto con un contenedor de material escolar, deportivo, medicamentos...



Sí, yo formo parte del grupo. El año pasado llovió muy poco y afectó a la cosecha. Prácticamente el 80% de la población depende de la agricultura y no hay suficiente mijo, el alimento base. Nos han dicho que con 41 euros se alimenta una vez al día durante todo el curso a un alumno, y con 60 euros podrían costearse dos comidas diarias. La recogida se está llevando a cabo también en Tolosaldea (Larrañaga pasó en esta comarca 22 años), Usurbil, Donostia... Por otro lado, seguimos con las becas escolares y los donativos pueden efectuarse en las cuentas que tenemos abiertas.



¿Es Oñati un pueblo solidario?



Yo diría que el pueblo de Oñati es muy generoso. No sólo con Mali, sino también con Argentina, Haití... Cada vez que hay una campaña promovida por Cáritas o Manos Unidas las cantidades que se recogen son respetables. En alguna colecta se ha llegado a alrededor de los 10.000 euros.



Los gestos de solidaridad y de ayuda también deben hacerse extensibles con los que tenemos más cerca.



Hemos notado que desde el inicio de la crisis cada vez viene más gente a Cáritas, en mayor medida el colectivo de inmigrantes. Antes hacíamos la acogida en un despacho y este martes la hemos hecho en tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario