martes, 3 de abril de 2012

El calibix, un invento guipuzcoano



Los oñatiarras José Luis Fernández y Jon Oregi crean un aparato para ajustar el sillín

Joseba Lezeta


Güeñes. El calibix es una herramienta creada por dos exciclistas aficionados oñatiarras, José Luis Fernández y Jon Oregi, con el objetivo de adecuar la colocación del sillín de la bicicleta a cada corredor y mejorar su rendimiento. Los creadores del calibix han visitado estos días a los directores de los equipos que participan en la Vuelta al País Vasco para darles a conocer su iniciativa, patentada y a la que han dado forma. Ayer mostraron su mecanismo en la zona de salida de Güeñes, cerca de donde se encontraban los autobuses de los veinte conjuntos participantes.

José Luis Fernández muestra el calibix en laVuelta al País Vasco. [KARLIS]
Consiste en una barra que se acopla a la tija del sillín y al cuadro, acompañada por un medidor digital que ejerce de nivel y marca los distintos grados de inclinación de la bicicleta.

El oñatiarra José Luis Fernández, asesor biomecánico, asegura que «el calibix permite colocar el sillín a una medida determinada de manera precisa y rápida. Además, es capaz de aportar al ciclista una posición biomecánica eficiente del sillín gracias a su medición en grados».

Para alcanzar ese objetivo posee la capacidad de medir «la horizontalidad del sillín, la distancia entre su centro y el eje de pedalier, su retroceso o avance y el ángulo del centro del sillín respecto al eje de pedalier», siempre según Fernández, exciclista aficionado. «Esta herramienta ayuda a buscar el centro del sillín, así como a graduarlo».

Según José Luis Fernández y Jon Oregi, «actualmente el 90% de los ciclistas calculan su retroceso de sillín mediante una plomada que parte de la rodilla y busca caer encima del pedal. Consideramos que es una manera poco precisa y nada fiable por distintos motivos: el apoyo en el sillín y en los pedales relativiza el ángulo obtenido; la posición de las calas de los pedales puede falsear el ángulo más efectivo; no se puede realizar una lectura exacta del retroceso del sillín en milímetros; y no aporta información sobre el ángulo con el que se pedalea».

El calibix, sin subirse a la bicicleta

Otra de las ventajas del calibix, según sus inventores, es «ajustar la posición del sillín de forma milimétrica sin necesidad de que el corredor monte en la bicicleta. Puedes tener la máquina de repuesto lista y ajustada perfectamente para el corredor que va a usarla».

Las conclusiones a las que han llegado los creadores del cabelix señalan que «un mayor ángulo en el pedaleo, entre una franja de 75 a 80 grados, permite mover un menor número de vatios en recorridos llanos. Asimismo, a mayor ángulo de pedaleo aumenta la aerodinámica. Aumentar el ángulo de pedaleo, por ejemplo de 75 a 77 grados, supone ganar segundo y medio por kilómetros a una velocidad de 40 km/hora. Esa diferencia crece a medida que la velocidad del ciclista es mayor».

La propia normativa de la Unión Ciclista Internacional (UCI) condiciona la colocación del sillín ya que impone la limitación de una distancia mínima de cinco centímetros de la punta del sillín a la vertical del eje de pedalier para las carreras de ruta. Es un dato que no se puede pasar por alto y fundamental para la aplicación correcta del calibix.

Existen pruebas de campo y estudios realizados a corredores profesionales sobre la diferencia de vatios movidos en función de los distintos ángulos de sillín. Aprecian, por ejemplo, una reducción de potencia de 25 vatios al pasar de pedalear de un ángulo de 76 grados a otro de 79. Un mayor ángulo propicia mover más multiplicación y mayor aerodinámica.

José Luis Fernández y Jon Oregi consideran el calibix un instrumento idóneo tanto para los los ciclistas de ruta como para triatletas y practicantes del btt, a los que ayudará a obtener el cien por cien de su rendimiento. También entienden que es fundamental para evitar futuras lesiones ya que ayuda a llevar la posición correcta encima de la bicicleta, sin forzar posturas que pueden originar distintos desgastes perjudiciales para la salud de quien practica este deporte.

¿Perjudica la norma de la UCI a los ciclistas más pequeños?

Hay quien asegura que la norma de la UCI que obliga a una distancia mínima de cinco centímetros entre la punta del sillín y la vertical del eje de pedalier perjudica a los ciclistas de menor estatura. Esta medida provoca que los más pequeños pedaleen con un ángulo menor que los más altos. No alcanza los mismos grados Joaquim Rodríguez (1,69) que Cancellara (1,86). Cada dos grados de diferencia el corredor ahorra 10 vatios. La desventaja aumenta gradualmente en función de la estatura. Por lo tanto, según estas teorías, el propio reglamento lastra a los más pequeños. Esta diferencia se ahonda en las contrarrelojs. Le ayuda un reglamento injusto según estas mismas voces.

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