viernes, 22 de marzo de 2013

San Juan 10,31-42. 22 Marzo.

Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. 
Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?". 
Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios". 
Jesús les respondió: "¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? 
Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- 
¿Cómo dicen: 'Tú blasfemas', a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"? 
Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; 
pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre". 
Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos. 
Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. 
Muchos fueron a verlo, y la gente decía: "Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad". 
Y en ese lugar muchos creyeron en él. 

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