lunes, 7 de octubre de 2013

HERRI EGUNA


El Herri Eguna, en plena forma

NIÑOS, JÓVENES Y ADULTOS EXPRIMIERON A TOPE EL PROGRAMA DE LA POPULAR JORNADA FESTIVA DE OÑATI, QUE AYER REEDITÓ SU ÉXITO
ANABEL DOMINGUEZ - Domingo, 6 de Octubre de 2013 - Actualizado a las 06:09h

SIN defraudar y en plena forma. Los oñatiarras vivieron ayer una de sus citas festivas con más gancho: el Herri Eguna. La maratoniana y apreciada jornada aterrizó cargada de sus clásicos ingredientes que volvieron a seducir por igual a niños, jóvenes y adultos.
Desde primeras horas de la mañana, la estampa que ofreció el entorno de la universidad estuvo dominada por el continuo goteo de gente. Oñati se echó a la calle. Lo hizo a lo grande. Como de costumbre, en el recinto ferial el olor de los inconfundibles talos contagiaba el ambiente, mientras que el público -un número importante ataviado con el traje de baserritarra- se movía a su antojo de un lado para otro. Sin perder el más mínimo detalle del menú festivo.
Manzanas, pimientos, frutos secos, hermosos tomates, calabazas... conformaron la lista de productos que los baserritarras oñatiarras cultivan con mimo y esfuerzo en sus caseríos. Ayer engalanaron sus expositores con su preciado género para conquistar a los visitantes, pero también al jurado de ambos concursos de frutas y verduras. Unos metros más adelante, la exposición de ganado se transformó, una vez más, en el reclamo de los más pequeños que no dudaron en protagonizar simpáticas y tiernas escenas. Algunos se afanaban en acariciar las orejas de los ejemplares del burro de las Encartaciones y otros llamaban la atención de la veintena de vacas que posaban indiferentes al jolgorio que invadía los alrededores.
El patio de la universidad fue el escaparate del arte hecho a mano. Cerámica, cestería, bisutería, juguetes, jabones, marionetas, ropa pintada para bebés, carteras y bolsos son sólo algunos ejemplos de los artículos que vistieron de colorido los 20 puestos que concurrieron al mercado de artesanía. Para Ainhoa Quesada y Gemma Muñoz el de ayer fue su estreno en la dinámica de las ferias y, por ende, en el Herri Eguna. Y a juzgar por los halagos que recibieron, sus trabajos no pasaron desapercibidos ante los ojos de muchos curiosos. Broches, pulseras miyuki y originales muñecas fofucha, creadas con material de goma eva y en diferentes modelos personalizados, son fruto de las creaciones de estas dos jóvenes.
El cestero José Ramón Salmantón, por su parte, era la segunda vez que visitaba la villa oñatiarra. Este vecino de la localidad de Zalla, en la comarca vizcaína de Las Encartaciones, lleva ejerciendo esta profesión desde hace 26 años tras heredarla de un taller familiar. Salmantón, un veterano del tour ferial, aseguraba que en los municipios con tradición cestera es donde "más se aprecia nuestro oficio", al tiempo que explicaba que lo que más vendía "hoy en día son los artículos pequeños, decorativos y prácticos".
REGAR EL PALADAR
A base de sidra
Pasadas las doce del mediodía, en la Herriko plaza no cabía ni un alfiler. La gran fiesta de la sidra congregó a 26 sidrerías guipuzcoanas que regaron el paladar de oriundos y foráneos. La comida popular, el deporte rural y la música se sumaron, igualmente, a una jornada donde el tiempo respetó la celebración.
Oñatiarras, en el papel de público y en el de participantes de la feria (en los apartados de verduras, frutas, flores, ganado y queso la representación es local, además de txistularis y trikitilaris) fueron los reyes de un festejo popular que reeditó su éxito. Pero, aún hay más. El Domingo de Rosario brindará hoy diversos aperitivos y mañana, último atracón festivo, los disfraces y ocurrentes vestimentas volverán a tomar las calles.

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