domingo, 24 de mayo de 2015

'Aurrekomendiko kontuak'

D.V.

'Aurrekomendiko kontuak', un viaje a la sociedad rural de antaño

  • Un libro, un DVD y una exposición vestirán el 50 aniversario de la sociedad Lizargarate

  • Fotomontaje realizado para la portada del libro que se pondrá a la venta el día de Corpus.
    Fotomontaje realizado para la portada del libro que se pondrá a la venta el día de Corpus. / ARTIXA

    Artixa, los vecinos de Aurrekomendi y socios de Lizargarate rinden homenaje al lugar que agrupa tierras de Legazpi, Antzuola, Bergara y Oñati

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  • OÑATI

La sociedad Lizargarate cumple 50 años, y como además de ser el punto de encuentro social de los vecinos de Aurrekomendi, mendizales y trikitizales, fue uno los primeros caseríos de la zona en sucumbir al nuevo modelo de economía que se instaló en el campo. Sus socios y la nueva sociedad cultural de defensa del patrimonio Artixa, han aprovechado la ocasión para diseccionar la realidad de una agricultura y una sociedad rural radicalmente distinta de la actual, pese a no estar tan lejana en el tiempo.
'Aurrekomendiko kontuak' verá la luz el día de Corpus, basado en el testimonio de quienes han tenido ocasión de conocer las luces y las sombras de dos mundos tan diametralmente distintos . Protagonistas como el octogenario Jexus Zufiria, 'Koixkar', que no sucumbió a la llegada de la fábricas y ha dedicado todo la vida al caserío, o algunos de aquellos niños que aprendieron a leer y escribir en la escuela rural entre 1923 y 1948. Mención especial merece también Joxe Lizaur, 'Askazuri', ya fallecido, que realizó una gran labor de recolección y restauración de aperos de labranza y herramientas y piezas de los caseríos. Trabajo que permitirá disfrutar de la exposición 'Baserriko tresnak' del 1 al 14 de junio en Kultur Etxea.
Libro para Corpus
Un centenar de fotografías, bertsos, partituras, mapas toponímicos y la genealogía de todos los caseríos completan un ejemplar de 200 páginas en el que bucear también en la educación, la religión y la cultura. La escuela, la ermita y las famosas romerías de Lizargarate tienen un espacio importante y permiten penetrar en el meollo de la familia rural, organizada en una fuerte estructura doméstica ligada al caserío.
La agricultura y el pastoreo eran básicos para una población anclada en ancestrales estructuras económicas y sociales. Era un modelo basado en la subsistencia, en el trueque, con familias numerosas para paliar la gran mortalidad infantil y sumar brazos a las faenas agrícolas. Pero a mediados del siglo XX, un nuevo modelo de economía se instaló en el mundo agrícola y muchos caseríos fueron desapareciendo.
«El baserri dejó de ser rentable, pero sobre todo, cambió la sociedad» explican Miguel Angel Kortabarria 'Sarramendi' y Mikel Alberdi. Además en Aurrekomendi, las condiciones de vida no tenían nada que ver con las actuales (muchos caseríos no tenían ni luz, ni agua, el acceso era complicado...) y mientras que en la fábrica la jornada era de 8 horas, en el caserío era de 24. «En esa época comenzaron a construirse los barrios de Errekalde y Olakua, y muchos bajaron a la calle» relatan dos de los protagonistas de un proyecto que supondrá la puesta de largo de la sociedad cultural de defensa del patrimonio Artixa, integrada en la actualidad por 13 miembros.
De los 20 caseríos que había hace cinco décadas en Aurrekomendi, persisten en la actualidad cuatro. (Koixkar, Duruan, y los dos de Askazuri). Otro dato a tener en cuenta son los 155 habitantes que tenía en 1856 y los 8 que tiene ahora.
De caserío a sociedad
Se da la circunstancia de que uno de los primeros caseríos en abandonar las faenas agrícolas fue el de Lizargarate, que albergaba además la taberna. Sus propietarios marcharon a Elorrio y los vecinos, al quedarse 'huérfanos', les propusieron constituir una sociedad, que inicialmente se fundó con 33 socios y en la actualidad tiene 50 (35 activos y 15 jubilados), con el objetivo de mantener la taberna y consolidar Lizaragarate como punto de encuentro.
Las Bodas de Oro de la sociedad permitirán a la gente conocer más de un enclave, Aurrekomendi, que pese a no ser un barrio, siempre ha funcionado como tal por la particularidad de que sus caseríos, diseminados en tres barrios: Zubillaga, Garibai y Larraña. Éstos estaban alejados de casi todo y por ello se reunían en Lizargarate. Además Aurrekomendi tiene en sus lindes las fronteras de Legazpi, Antzuola, Bergara y Oñati, y eso hacía que a la escuela acudieran no solo los vecinos de Aurrekomendi, también los de los caseríos Akelena y Torretxebarri de Errekalde, o los Arrola y Lakiola de Legazpi, Arraundei de Antzuola, o San Prudentzio de Bergara.
Lizargarate, tenía mucha vida social, sobre todo los domingos con la taberna, las romerías, los bolos y la misa, y aún hoy en día se preserva el oficio dominical. Los agustinos Paulo Anduaga e Imanol Murua se turnan en la atención de la ermita erigida en 1925.
Las romerías también han vuelto esporádicamente a la agenda gracias a Lizargarate Trikitixa Taldea, no en vano los vecinos de Aurrekomendi eran conocidos por sus rondas de Navidad y Carnaval. Los más mayores recuerdan también la popular 'Azalditta', que con música, comidas y puestos de venta se celebraba en agosto, en vísperas de fiestas de Antzuola.
Lizargarate celebra su 50 cumpleaños y el aniversario ha permitido recoger su historia y la de Aurrekomendi, cuya referencia más antigua data de 1492, cuando a 8 caseríos se les pidió ayuda para la reconstrucción de Oñati tras el incendió que asoló la villa.

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