jueves, 28 de julio de 2016

Lograr compatibilizar el ocio nocturno con el derecho al descanso

d.v.

Oídos sordos al ruido en Kale Zaharra

  • Denunciaron que los problemas «van a más» y dejaron claro que no van a arrojar la toalla, tendiendo puentes a la colaboración

  • Vecinos de la calle que concentra la 'movida' nocturna y de San Antón evidenciaron su hartazgo en el pleno





Lograr compatibilizar el ocio nocturno con el derecho al descanso que tienen los vecinos de las zonas 'de marcha' es una de las patatas calientes de los ayuntamientos. Un problema al que según una representación de vecinos de Kale Zaharra y San Antón, el ayuntamiento está haciendo oídos sordos, al igual que a problemas de movilidad urbana causados por la invasión de automóviles y bicicletas en zona peatonal.
Tanto es así, que «debido al hartazgo» varios vecinos decidieron presentarse al último pleno de la corporación y leer en el turno de ruegos y preguntas un escrito en el que criticaban la actitud «de algunos ciudadanos, de algunos taberneros» y especialmente el hecho de que «ni la Policía Municipal, ni el ayuntamiento hacen nada para evitarlo».
El portavoz de los vecinos, Inazio Arregi, dijo que «hace ya un año, el 23 de julio, que pedimos una reunión con el alcalde». Explicó que han acudido incluso al Ararteko tanto por los problemas de ruido, como por los de movilidad. El defensor del pueblo ya interpeló al consistorio «sobre la indisciplina en el aparcamiento en la vía pública detectada en Kale Zaharra, que genera problemas de acceso a locales y domicilios, y le conminó a garantizar la zona peatonal.
En lo referente a la contaminación acústica que padecen siguen sin respuesta, y tras algunos episodios que han colmado la paciencia de algunos residentes este mes, cuatro decidieron personarse en la última sesión plenaria antes de las vacaciones de verano para denunciar la situación que padecen y también para mostrar su disposición «a trabajar juntos para buscar soluciones».
«Queremos reclamar nuestro derecho a dormir y descansar, así como de andar tranquilos por la calle sin miedo a que te vayan a atropellar una bicicleta o un coche», resaltaron. «Estamos hartos, pero no vamos a tirar la toalla, por eso estamos aquí», concluyeron.
Primera reunión, el martes
El alcalde, Mikel Biain, en primer lugar les pidió disculpas. Según esgrimió «la razón de no habernos reunido hasta ahora es que no teníamos ninguna propuesta concreta, aunque sí estamos trabajando en ello». En lo referente a la movilidad reconoció que «no se ha actuado con la necesaria rigurosidad, pero que en octubre cuando entre el nuevo sistema de aparcamientos rotatorios de OTA gratuita en el centro, pensamos que la situación va a cambiar». Respecto a los ruidos de los bares aseguró que «hay problemas técnicos con el sistema de medición, que estamos tratando de solucionar».
El primer edil se comprometió a reunirse con la comisión de los vecinos afectados después de las vacaciones, pero anteayer ya se produjo una primera reunión en la que se limaron asperezas y se sentaron las bases del necesario diálogo. Tras este primer contacto, el alcalde y los vecinos volvieron a citarse con 'deberes' por parte del consistorio para mediados de octubre, después de fiestas.
Mapa del ruido y comisión
Volviendo al pleno, la edil jeltzale Lourdes Idoiaga pidió que se lleve a cabo el «mapa del ruido» que el grupo municipal del PNV ya solicitó en septiembre del año pasado. Según explicó, entonces ya instaron al gobierno municipal a que el ayuntamiento asumiese «un papel activo para analizar este problema en profundidad, e intentar darle la mejor solución posible, tratando de consensuar entre todas las partes (vecinos y hosteleros) unos mínimos de convivencia». Los jeltzales hablaban de «la necesidad de revisar la normativa y hacer cumplir la regulación vigente para lograr compatibilizar el ocio nocturno con el derecho al descanso que tienen los vecinos».
Tras escuchar la intervención de los afectados, Idoiaga se ratificó en aquella propuesta y propuso además que se constituya una comisión permanente integrada por los vecinos y los miembros de la comisión de urbanismo (técnicos y políticos).
Visto lo visto, lo que está claro es que la problemática de la contaminación acústica y más en concreto los ruidos en las calles que concentran la 'movida' nocturna será una de las asignaturas del nuevo curso político que arranca en septiembre.

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